Nota para revista Rumbos de agustin Fontenla

. martes, mayo 09, 2006
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Manuel Casas de VisVis, Dpto Andalgalà, Catamarca, recorrerá las pantallas del “Festival de Cine de Cataluña” explicando que le puede suceder a una familia que vive a un kilómetro del emprendimiento minero más grande de Sud América



De un día a otro, su casa y sus animales en el pueblo de Vis Vis, Departamento de Belén desaparecen. La familia, a la deriva ensaya un intento de explicación: “pasaron las máquinas, construyeron el mineraloducto y aquí no quedó más nada”. Tiempo después Manuel Casas, el hijo mayor de la familia obtiene un trabajo en la empresa responsable de la nueva infraestructura; meses más tarde Manuel deja Minera Alumbrera limitada. “Habíamos perdido los animales, la huerta, la casa y con los 1000 pesos que cobraba, no alcanzaba. Ellos me dijeron que eso servía para mantener a la familia, que no hacía falta más”.
El relato de como una familia pierde su lugar debido al desarrollo de la minería en Catamarca luego del impulso político de los noventa, es el argumento con que “Asecho a la Ilusión” viaja ahora a competir al “Festival de Cine de Cataluña”. Catamarca – España empieza hace dos años cuando el realizador Catamarqueño Patricio Schwaneck viaja a Belén, Departamento ubicado a 300 kilómetros de la Capital y conoce a Rosalinda y Manuel Casas, madre e hijo respectivamente. En un intento por entender que les había sucedido, y cual había sido el accionar del emprendimiento minero, deciden investigar sobre el tema. En breve se dan cuenta que la información que tienen es más que suficiente y que siempre había estado al alcance de cualquiera, pero que hacía falta sistematizarla, organizarla.
“Con todo este material nos decidimos a hacer un guión que contara la historia de la minería de Catamarca que es también de la minería argentina y que tenía un particular énfasis en el proceso minero de los últimos 10 años. Un proceso que tiene origen en el año 93, cuando se generan una serie de nuevas leyes que impulsan la llegada de inversiones de capital internacional” Patricio pasó por Buenos Aires cuando después de un par de idas y venidas por el ambiente del cine independiente, logró que su documental fuera visto en el Centro Cultural Borges. Hace unos días también fue proyectado en la legislatura Porteña y en una semana también será presentado en el Congreso de la Nación.
La actividad minera, ha sido un tema sin demasiada aparición pública en los últimos años. Aunque la cuestión ambiental alcanzó su punto álgido con las pasteras del Uruguay, el impacto ambiental de los emprendimientos mineros en el país no tuvo demasiado tratamiento. Al ver el documental, uno se entera de datos interesantes, relevantes y preocupantes. En Minera Alumbrera Limitada se necesitan 100 millones de litros de agua por día para trabajar el material; es la empresa que más demanda energía en Catamarca; se espera que en los 20 años de utilidad obtenga ganancias por 35 mil millones de dólares; y por último, la provincia recibirá 3 por ciento de regalías.
En un recorrido de varios ítems, el documental muestra como el gobierno nacional abrió las puertas a los capitales internacionales a través de Leyes demasiado benévolas y la complicidad de algunos gobernantes; relata las esperanzas y decepciones que trajeron las empresas y en definitiva cual ha sido el resultado en más de diez años de notable funcionamiento.
“Existieron una gran cantidad de presiones para que el documental no se diera a conocer, que no podríamos señalar. Sufrimos amenazas, des las no sutiles hasta las amenazas de muerte. O del tipo económico, nosotros en una provincia chica trabajamos con empresas o el Estado, por lo tanto que nos amenazaran con no trabajar era importante”. Patricio explica lo que en las provincias chicas se sabe, la actividad privada escasea, generalmente el Estado es el principal remunerador. Ahora, contactándose con gente del ambiente, como Pino Solanas, cuenta que las puertas que se han abierto fueron inesperadas y quizás ahora si puedan trabajar independientemente de la oferta estatal.
En Catamarca, la gente todavía espera que las promesas de principios de los noventa lleguen en algún momento. Los puestos de trabajo y el desarrollo sin embargo están lejos de llegar. De los veinte mil puestos que hablaban para los habitantes de la región, sólo quedaron mil doscientos. Y el tema regalías, es una cuestión política, que a pesar de entender que es un porcentaje ínfimo, como toda cuestión política es complicada de entender.

La única promesa por ahora en marcha es que el país y el mundo, a través de “Asecho a la Ilusión”, conozca los diversos caminos que puede tomar la vida de una familia cuando se encuentra a un kilómetro de un emprendimiento minero.

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